Familia ADR
«La Mente de Cristo te permite planificar la reforma que tú generación demanda para calzar en la potestad de Dios(Hch 26:18)»
jueves, 17 de enero de 2019
NUEVO NACIMIENTO
¿Qué es el Nuevo Nacimiento?
El nuevo nacimiento es introducirse en la naturaleza de Cristo, en su mente y sus recuerdos; y es también, el reencuentro de una relación paternal con Dios.
Nuevo es: anothen; y nacimiento es: gennao.
Anothen, significa en el original: de arriba, del origen y del principio; gennao es: procrear o engendrar.
Nuevo Nacimiento entonces es: ser procreado/engendrado de arriba, del origen y del principio.
Es regresar al punto mismo de tu existencia, génesis cero, y con ello conocer la razón original y la función por la cual fuiste creado.
Jn 1:13 dice: los cuales no son engendrados de sangre, ...sino de Dios. Puedo distinguir tres momentos: la concepción (engendrar), la gestación y el alumbramiento (nuevo nacimiento).
1• La Concepción
Todos hemos sido engendrados, es decir, entregados a la combinación natural de cromosomas de un hombre con una mujer, adjudicándonos un cuerpo. Así mismo para el “nuevo nacimiento” primero somos «engendrados», y ya no somos la mezcla de cromosomas al azar, sino la conjunción ordenada del incorpóreo “gen de Dios” con nuestra humanidad. Esto se produce desde el espíritu del hombre.
No solemos recordar el día de nuestra concepción, así mismo es en lo espiritual, son momentos tan profundos que no los podemos puntualizar.
Somos provistos de todo el material ascético de Dios (genes espirituales), necesario para que la vida de Cristo prospere «desde nosotros». ¿Cómo se explica esto? Yo tengo un nieto, él es la mezcla genética de 66 cromosomas, 23 del padre y 23 de la madre, estos genes tienen una memoria y con ellos las habilidades heredadas de sus progenitores y sus generaciones. Así mismo, cuando somos engendrados en Dios, heredamos habilidades innatas de su material ascético, en una medida exacta y necesaria, para que la gestación de la vida de Cristo irrumpa con todo su potencial.
2• La Gestación
Acá quiero resaltar lo siguiente: pareciera ser que algunos confundimos esta etapa con el nuevo nacimiento, ¿Por qué?, porque en esta etapa el embrión es susceptible a los estados de ánimo de la madre, su alimentación, medio ambiente y los sonidos. Así mismo en lo espiritual, somos un embrión creciendo en un vientre divino, con la misma susceptibilidad que ocurre en lo natural. Escuchamos sonidos y empezamos a reconocer voces, ruidos, música; se siente el rechazo y el afecto. Cuando estamos en esta etapa de embrión, escuchamos la voz de Dios, intuitivamente aprendemos a distinguirla, como un embrión natural que aprende a distinguir y a reaccionar a la voz del papá y de la mamá. Y es ahí donde creo que confundimos esta etapa con el nacer de Nuevo, porque escuchamos la voz de Dios y reaccionamos a ésta, sin embargo, el embrión no puede ver. Ver es una característica del nuevo nacimiento, Jn 3:3.
Hay que tener mucha delicadeza con los concebidos en el espíritu y tener en cuenta su momento de gestación, por eso que las actividades del Reino no es para amateurs, es para profesionales con una maestría en obstetricia espiritual, por decirlo de alguna forma para explicarlo mejor, para que pueda discernir e identificar estos tiempos, en las personas que tiene en frente.
3• El Alumbramiento (nacer de nuevo)
Es la etapa dramática que a todos nos acontece, cuando rompemos la matriz y vemos por primera vez la luz. Nosotros entramos a este mundo, desde el momento en que somos concebidos, solo que somos llevados de aquí para allá por medio de un vientre. Así mismo estamos en el espíritu, en el vientre divino de Dios, en un estado de atención. Y que cuando se rompe el vientre vemos la luz del Reino de Dios, y ver es una característica del nacido de nuevo. Es desde el alumbramiento que empieza una etapa de crianza, el niño cuando nace, no distingue los colores, lo ve todo monocromático. Sus movimientos son débiles y para nosotros que ya somos grandes, nos parece algo torpes. Así mismo en lo espiritual el “nacido de nuevo” empieza a distinguir los colores del Reino y sus acciones aunque torpes en el inicio, tienen el potencial de producir el crecimiento y el desenvolvimiento necesario para fluir en el Reino. Pero se tiene que enseñar, así como a un niño se le enseña que deje de usar el pañal, al punto que un día, aprende a avisar y lo deja definitivamente. Y acá es bueno soltar lo siguiente: el pecado es en el original: errar el blanco, el niño no es malo por ensuciar el pañal, sin embargo peca por ensuciarlo, ya que la meta es que ya no lo use más del tiempo que sea necesario. Una cosa es pecar premeditadamente y otra muy distinta, errar el blanco tratando de hacer lo bueno. El niño peca tratando de hacer lo bueno, que en este caso sería dejar el pañal, así mismo quiero resaltar ésto, el nuevo nacido peca, pero yerra por alcanzar el blanco, con eso no digo que no tengamos un índice de maldad, pero si que el énfasis de ahí en adelante tiene que ser errar por fallar el blanco y no por maldad.
Hay cosas que el niño no lo va aprender solo, alguien tiene que enseñarle, un ejemplo: los colores, alguien tiene que ocupar tiempo en enseñarle. Así mismo en lo espiritual, nosotros tenemos todas las capacidades en una fase básica, que con la ayuda de padres, maestros y tutores, “las desarrolla y perfecciona”.
Hoy en día casi todos los niños reciben lo que se le llama: “estimulación temprana”, una serie de enseñanzas que motivan al niño a aprender. Mi nieto lo recibe desde la casa y cuando llegue a su estimulación temprana estará con una ventaja con relación a sus demás compañeros. Así mismo en lo espiritual, ¿Cuál es nuestra estimulación temprana del Espíritu, que nos pondrá en ventaja por sobre los hijos del mundo?, Esto es inquietante porque si un niño no recibe esto hoy, no podrá ir al ritmo que la sociedad actual demanda de él. No recibir esta estimulación, lo perjudica casi de por vida. ¿Y en lo espiritual es así?, si, también es así. Hay mucha gente perjudicada por haber recibido un evangelio diferente, gente que nadie les dijo si han sido engendrados o están en gestación, no recibieron un discipulado que produce promoción, que no es más que la graduación ascendente de cada una de las etapas de crianza, entonces los vemos que se atrasan y se desaniman, porque se dan cuenta que no encajan y no pueden sostener el ritmo que el Reino de Dios requiere. El Reino de Dios no es para amateurs, es para los profesionales de la fé, por eso que los discipulados tienen que ser la escolaridad que promueva a nuestro espíritu llegar a la profesionalización de la fé, a la universidad del conocimiento de Dios a través de esa vida eterna que Cristo nos a dado.
Juan 17: 3 es: conocer a Dios como el único, y a Jesucristo, su enviado, este versículo es la maestría y el doctorado que debemos cursar ordenada y escalonadamente a lo largo de nuestra vida, para manifiestar en todas sus formas el poder y el amor contenidos en la naturaleza paternal de Dios, expresada a través de sus Hijos.
Nosotros fuimos concebidos en un Dios de amor, no dejemos que el aprendizaje del temor arruine ese maravilloso favor.
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