El conocer a Dios empieza con nacer de nuevo, este nacimiento inicia que la luz de Cristo alumbre el firmamento de nuestro entendimiento para empezar a ver la erudición de Dios, expresados en sistemas: culturales, económicos; sociales, educativos; políticos, históricos; del Reino de Dios, Jn 3:3.
Articulando su vocación a través de sus Hijos hacia todos los demás miembros que conforman la creación: la gente, los animales; los minerales, la naturaleza.
Su luz alumbra la expansión del conocimiento(gnosis) del hombre; que estaba sin luz, hacia el “conocer(daat) de Dios”; “la experiencia(yada) del Padre”, que es la luz de Cristo; para que las tinieblas sean separadas del único día, el día en que Dios unió todas las cosas y lo ordenó en él; el día que es principio de todo y es también el reposo de Dios; Cristo.
Cristo es el reposo de los Hijos y es el reposo del Padre, porque el séptimo día fue hecho para que cuando el Padre reposa, el postrer ADAM comience a gobernar.
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