Pr 3:27 No te niegues a hacer el bien a quien es debido, Cuando tuvieres poder para hacerlo.
Vivir así, es tener una vida comprometida con la compasión y la misericordia. Virtudes que inclinan el ánimo en auxilio de tu prójimo.
No negarse a hacer el bien, es dar honor al carácter amoroso de Dios en sus Hijos, que publican con sus actos la sensibilidad del Cielo con la creación.
No debemos interrumpir esa interacción, con un no puedo o un hoy no; mañana será. Siempre hay algún necesitado a nuestro alrededor, por dinero; por vestido, por consejo; por amigo, por familia; por caridad, por perdón; por ser escuchado, por ser abrazado; por prestarle atención, por ser atendido; por ser curado, por ser reconocido.
Muchas y variadas son las maneras de expresar tu tiempo para hacer el bien a quien es debido.
Manifiesta ésta virtud de Dios, en nosotros, y afirma los corazones de todas aquellas personas lastimadas por la indiferencia.
Ga 6:9 No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos.
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