Familia ADR

«La Mente de Cristo te permite planificar la reforma que tú generación demanda para calzar en la potestad de Dios(Hch 26:18)»

viernes, 21 de diciembre de 2018

PROVERBIO 21:3


Pr 21:3 Practicar justicia y juicio es a Dios más agradable que sacrificio.

Practicar justicia, es lo que haces para si; practicar juicio, es lo que decides cuando afectas a otros, ya sea decidiendo sobre otros o si lo que dices importa a los demás.
Practicar justicia es actuar con honradez, con rectitud, con equidad, con sinceridad que no lastima, con prudencia, trabajar con calidad todo el tiempo. Esto abarca todos los ámbitos en el que nos movemos: casa, trabajo, escuela y calle.
A veces resulta increíble que fuera de la casa somos muy amables y atentos con los demás, serviciales y dedicados, pero en nuestras casas no levantamos ni un plato. Hay muchos casos de personas que sirven en las comunidades cristianas, y en sus casas son indiferentes a sus propios parientes. Se debe filtrar a las personas, antes de servir en la congregación tiene que servir primero en su habitación, es decir su hogar.
Practicar justica es no hacer uso del soborno, aunque tus superiores te lo exijan hacerlo. A veces practicar la justicia te puede llevar a perder el trabajo, casa o amigos. Son momentos difíciles, que espero que ninguno de nosotros lo suframos, pero si llega a ser así, pues con valor lo afrontamos.
Practicar justicia con los padres, los hermanos; y más adelante con los hijos, es primero. Darles un trato de calidad, la mayor parte del tiempo, que se haga un hábito en el hogar, así ya no tendrás que fingir siendo otro, afuera. El predominio de los proverbios en las mentes jóvenes de los hijos, los acondiciona para que sus pensamientos tiendan para bien y no para mal, dándoles sagacidad inteligencia y cordura.
Practicar la justicia es practicar lo bueno, sin importar el lugar en que estemos.
Y practicar juicio, va de la mano de la justicia, según tu justicia es tu juicio. Sino eres justo, por más que trates de hacer un buen juicio, tarde o temprano eres descubierto, el juicio revela lo que verdaderamente eres, trae luz sobre ti para que todos puedan ver lo que hay en ti. Porque siempre está el juicio de alguien más grande que nosotros, y es Dios, y su juicio revela lo que somos sin sensura. Por eso que practicar justicia, acomoda lo que anda mal dentro, y sabes ¿por qué?, porque cuando haces algo justo y no te gusta hacerlo, te fastidia; entonces te das cuenta que hacer lo bueno, no está en ti. Es ahí donde uno tiene que pedir, que eso justo forme parte de uno, y Dios puede hacerlo. Tu juicio es la decisión que tomas a la hora de diferenciar entre lo bueno y lo malo, sobre ti mismo o alguien más. Tu razón y tú entendimiento son valorados por la circunspección de Dios, que salgas aprobado o no, depende de tu relación con su justicia. Y saber su justicia, es fácil, un libro muy útil los proverbios. Es un curso intensivo de justicia de Dios en tiempo real, con resultados casi inmediatos y consecuencias a lo largo de toda nuestra existencia.
Practicar la justicia es necesaria, para practicar un buen juicio; sino es así seremos teóricos del juicio, dictaminando sobre cosas que no podemos vivir y que tarde o temprano seremos confrontados y avergonzados por lo que no experimentamos.

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