Familia ADR

«La Mente de Cristo te permite planificar la reforma que tú generación demanda para calzar en la potestad de Dios(Hch 26:18)»

jueves, 25 de abril de 2019

LA LENGUA Y CARÁCTER DEL NACIDO DE NUEVO





Cambio de jurisdicción es un cambio de territorio (Col 1: 13), es una muda que nos lleva a los dominios de Dios.
Ser un ciudadano del Reino de Dios trae consigo una nueva lengua o idioma, y descubrirlo y fluir en el, una de las primeras misiones del Hombre Interior.
Este dominio abraza un nuevo lenguaje, nuestra forma de hablar anterior debe ser revocada (1Co 2: 13). Y no es el pronunciamiento de una versión futurista de lo que imaginamos, sino que es haber visto, a través de la Mente de Cristo, mi destino grabado en el Espíritu. Un lugar que empiezo a conocer por la magna virtud de participar de su “vida eterna” (Jn 17: 3).
Este nuevo lenguaje (1Co 2: 13) pronuncia hechos celestiales, que me anticipa a prepararme con tiempo, para calzar perfectamente en carácter y personalidad, necesarias para sostener en mi existencia, su poder; y no echarlo a perder por la inmadurez.
La inmadurez en este sentido, es como el inmigrante que va a EEUU, y nunca aprende el Inglés, disfruta de ciertos beneficios, pero por no hablar el idioma nativo, se pierde de cosas importantes. La diferencia entre un inmigrante y otro que ha adquirido la nacionalidad, es que este último sabe el idioma propio de la región, para ser ciudadano es necesario saber el inglés, no es una opción, tienes que saberlo. Así mismo, el reino carga su propio idioma y lenguaje y es importante descubrirlo y fluir en el, y para esto es vital mucha voluntad, que solo la madurez te puede dar.
La madurez tiene un nombre, Cristo, la madurez es también tener acceso a las emociones, sentimientos, voluntad e intelecto del varón perfecto, es introducirme en su plenitud, y quedar rodeado de él.
Cristo también percibió la creación desde sus sentidos, porque también se hizo carne (Jn 1: 14), y no dejó a pesar de las vicisitudes, que éstos afecten su misión.
A nosotros muchas veces se nos trastornó la personalidad por el dolor y el clima de angustia constante que la vida nos dió, en cambio, en Cristo se mantuvo intacta y por ende también su misión. Esa es la aspiración de una madurez emocional fuerte y saludable, que Cristo modeló para que sea vivido por nosotros también.
Y ahogar mi carne, sus debilidades, y sus pasiones en las aguas de Cristo. La carne se ahoga en la misma fuente que a nuestro espíritu le es inyectada vida.
La madurez emocional tiene que ir a la par de la madurez espiritual, ser inmaduro emocionalmente es como abrir una bocatoma de una gran represa, que en condiciones de sequía es abierta para saciar la demanda de los campos de cultivo, no tener dominio de las conductas que las emociones ocasionan, es abrir las aguas sin control alguno, inundandolo todo, dejando gran pérdida y dolor humano.
También a las personas se les conoce por su forma de hablar, el acento delata tu nacionalidad y región, es decir, después de haber Nacido de Nuevo nuestro hablar debe dar a conocer nuestra nueva nacionalidad celestial.
Una cada vez más perita oración, que encamine a todo nuestro ser a existir en un sólo ambiente, el de su presencia revelada a mi existencia.
Y cuando un Hijo de Dios, descubre su identidad en Él, empieza a hablar cosas eternas; ruido y truenos para el mundo; pero no se dan cuenta que es el inicio de un incesante acoso a todas las obras  de un sistema que tiene fecha de caducidad.
Este nuevo lenguaje me afirma en lo que Dios dice, porque son palabras enseñadas por el Espíritu que me permite expresar con claridad lo que es de Él.
Este lenguaje Espiritual nos permite pronunciar, es decir, darle un sonido a los misterios de Dios que se nos es revelado hoy. Y con misterios no me refiero únicamente a lo escatológico, sino a lo más básico e igual de poderoso: a Cristo y a este crucificado.
La definición que el hombre le pudo dar no agota el carácter infinito de esta verdad, que está en plena expansión en el espíritu de los Hijos y que tiene que ser dada a conocer todos los días en intimidad.
Definirlo intelectualmente persuade al hombre a creer que ya no hay más que decir, sin embargo, su verdad es como un organismo vivo que crece y ensancha nuestro ser espiritual, y para expresar este evento eterno hacemos uso de su lenguaje Espiritual.
Por lo tanto, si Nacimos de Nuevo (Jn 3: 5), hemos cambiado de sistema y territorio (Col 1: 13), y si es así, rápidamente ser absorbido por su nueva lengua (1Co 2: 13), que nos permite orar desde una plataforma más alta, que nos relaciona con los que son de ahí, no como turistas, sino como un ciudadano del mismo reino.

miércoles, 24 de abril de 2019

MORIR PARA LA LEY, EL PRINCIPIO DE LA MADUREZ EN CRISTO



Ga 2:19 Porque yo por la ley soy muerto para la ley, a fin de vivir para Dios.

En este caso, quiere decir, que toda actividad producto de la carne debe ser anulada. Porque la ley revela que hay pecado; y da a conocer, también, su origen (Ro 3: 20). Ser muerto para la ley es haber descubierto que hay naturaleza de Cristo en mí, ésta se manifiesta con su madurez. Su madurez, la de Cristo, es haber alcanzado su plenitud vital (Jn 1: 16), es decir, su buen juicio y sensatez (y hay más, solo que me enfoco en este aspecto de su plenitud para exponer este punto).
La madurez de Cristo, en otras palabras, es el avance progresivo que provoca, a las diferentes vicisitudes, temple en mi Hombre Interior. Es decir, convertimos la incertidumbre del problema, en un desafío con propósito.
Tal vez, no podemos escoger que tormenta de la vida enfrentar primero, pero si podemos elegir con qué actitud encararlo; y eso solo te lo da la madurez.
La madurez es el ancla que te detiene cuando los vientos efervescentes de las emociones soplan, para no encallar en decisiones apresuradas. No solemos comportarnos todo el tiempo así, sin embargo, con la entrada de los años se vuelve en la norma de cada uno de nosotros.
Morir para la ley es haber descubierto que la madurez que Cristo tuvo en la carne, la puedo vivir yo también. Y todo esto se entiende desde su Mente, por lo tanto, para entenderlo vivimos desde la carne “en la fe del Hijo de Dios” (Ga 2: 20). Es esa fe la que produce entendimiento (He 11: 3), por su Mente.
Personalmente, estoy explorando esta faceta del “morir para la ley”, y experimentando que mi ignorancia cada vez es menos, respecto a lo que me sucede cada día, porque voy “entendiendo que su madurez” es también promotora de triunfo sobre mis debilidades y pasiones.
Morir para la ley es reconocer el fracaso de la carne, porque su accionar independiente a la voluntad de Dios, no puede igualar la imagen de Cristo.
Morimos, si; y pareciera ser que fuera un trabajo de todos los días. El Hombre Interior atiende a este llamado con tenacidad, renovándose de día en día, para socavar el dominio de la carne en nosotros (2Co 4:16).

lunes, 22 de abril de 2019

JURISDICCIÓN DEL REINO



Ga 1:4  el cual se dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos del presente siglo malo, conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre,

¿Qué quiere decir este versículo?
Que JesúsCristo se dió por nuestros pecados, para arrancarnos del lugar en donde nos hallábamos sin él, es decir, de la potestad del presente sistema malo, que ocasiona en sus habitantes una fatiga dolorosa; y nos a trasladado a su Reino y sus sistemas (Col 1: 13).
JesúsCristo al darse a sí mismo pregona a nuestro ser espiritual esta verdad, que tiene que ser efectiva, real y tangible; en cada uno de nosotros.
“El darse a sí mismo por nuestros pecados es una enorme prueba de amor a la voluntad de nuestro Dios y Padre”
Es un amor que rompe los márgenes de medición que pueda tener el corazón y el alma del hombre para valorarlo; la escala, de este amor, llega hasta el Cielo, pudiendo ser apreciado sólo por él mismo, ya que él es el origen del Amor.
El darse a sí mismo por nuestros pecados, nos anuncia que al ser trasladados de jurisdicción hacia la suya, nos dota con un dominio, es decir, un territorio. No solemos ver el Reino de Dios como un palmo de tierra que debemos administrar, sin embargo, sospecho que es así. Si hemos sido arrancados de la potestad, es decir, jurisdicción del presente sistema, lo hemos sido para levantar un sistema propio del Reino de Dios que es antagónico al presente sistema, y por tal razón para que la jurisdicción de Dios cese de ser una visita, se tiene que adjudicar de un territorio. Porque somos embajadores y nuestra casa la cede de ésta, sin embargo, nuestras vidas esconden la sagacidad de Dios, la expansión a lo largo y lo ancho de toda la creación.
El Reino de Dios es Espiritual, es invisible, el alma del hombre lo trata de contener en su corazón, sin embargo, por ser invisible no significa que no es real para la creación, porque hoy estamos empezando a vivir en la fe del Hijo de Dios (Ga 2:20); no tu fe, ni la mía, sino la suya, la de JesúsCristo; y por esa fe “entendemos” que lo que se ve, fue hecho de lo que no se veía (He 11:3), hoy no se ve el Reino de Dios, es trabajo de los Hijos de Dios y del vivir desde la fe del Hijo de Dios, Jesús Cristo, hacerlo visible en mi generación.
El Nuevo Nacimiento trae consigo una Nueva Mente, la de Cristo, que nos habilita para “entender” desde él y por él, el vivir en su fe.
Por eso que la Cruz tiene un significado importante y “entenderlo” (desde su mente) debe tener la máxima prioridad en el día a día de nuestro Hombre Interior. Estar juntamente crucificado con él, es participar de sus padecimientos, es decir, de la oposición que la carne plantea a la misión del Cristo que llevamos dentro, el avance constante y sostenible del Nuevo Hombre en nosotros es la decadencia que provoca el Cristo revelado a la carne, dando origen al “ya no vivo yo", es decir, la carne y sus deseos no me gobiernan, y el “más vive Cristo en mí” es el descubrimiento cotidiano y cada vez más elevado del “entendimiento”, por su Mente, de sus recuerdos, de sus experiencias; de sus habilidades y de la paternidad que Cristo experimentó cuando se hizo carne y habitó entre nosotros.
“Más vive Cristo en mí”, quiere decir, que la voluntad del Padre es mi comida; que nada hago por mi propia cuenta, sino lo que “veo hacer al Padre”, es posible; que lo que hablo, lo oigo decir a Dios, es también para mí; que los niveles de comunión de JesúsCristo con el Padre, también lo puedo disfrutar yo; que la santidad no se explica para que el hombre natural obedezca, sino que es la virtud de Cristo que atiende a la naturaleza de Dios.
“Más vive Cristo en mí”, es haber descubierto que hemos sido absorbidos por la naturaleza de Cristo, y que ahora somos partícipes de ella (2Pe 1: 4).
“Más vive Cristo en mí”, es tener acceso a los recursos, suministros, provisión, logística, capacidad de gestión, de la herencia de la cual somos copartícipes (Ro 8: 17).
Y para tener acceso a todo esto, hay que Nacer de Nuevo y con su Mente indagar en el espíritu todas estas verdades.

sábado, 20 de abril de 2019

EL HOMBRE INTERIOR Y SU VOCACIÓN



“Todos tenemos un principio, y este es JesúsCristo. Solo un Nacido de Nuevo puede reconocerlo”

Génesis nos “recuerda” quiénes somos, de dónde venimos y hacia dónde vamos. Tal vez, por el mal comportamiento de algunos de nuestros representantes se ha llenado de suspicacias, esta verdad. Pero eso está cambiando.
Génesis recuerda al espíritu del hombre, su identidad. Esto se hace posible por el Nuevo Nacimiento y su Mente, la de Cristo.
No es muy común relacionar el Evangelio con las crisis existenciales de las personas en general. Sin embargo, el Evangelio pregona salvación (Ro 1:16), cambio de naturaleza (2Pe 1:4) y nos ha trasferido a otro dominio, con una nueva jurisdicción (Col 1:13).
Hoy en día mucho se ha enfocado en salvación, superficialmente en el cambio de naturaleza y casi nada en la trasferencia hacia un territorio. La enseñanza para esto tiene muy poco tiempo para ser dada, reuniones de domingo y de culto dentro de la semana, no alcanza para decirlo todo, algo se tiene que hacer.
Si bien es cierto, hoy somos millones en el mundo, con algún tipo de afiliación cristiana, podemos ver que no ha sido lo suficientemente para transformarlo.
Humanamente no es posible que estemos todos los días juntos para hablarlo, pero en el espíritu si.
Podemos reconstruir entre todos nosotros una “escuela global”. Donde todos por el Espíritu seamos enseñados, para educarnos en la cultura del cielo, la del Reino de Dios. Y reunirnos, claro, para expresar a Cristo revelado y plantear estrategias de ataque contra el sistema del mundo con lo que con anterioridad entre semana recibimos de su Espíritu. Y aprender de los veteranos, de sus experiencias, despertando en nosotros mayores ansias de profundizar en Dios. También dichas reuniones es la oportunidad de manifestar la magnitud de la imagen de Cristo que llevamos dentro a los demás. Existe todo un orden en el culto, con muy poco espacio para expresar al nuevo hombre que va creciendo en nosotros. Es decir, exteriorizamos mucho o poco, dependiendo de la persona, de nuestro espíritu durante la alabanza o la adoración, después decae rápidamente para escuchar la predicación, la participación en ese espacio de tiempo, para el Hombre Interior es limitada. Cuando Jesús predicaba, la gente le preguntaba y otras veces era confrontado con lo que decía, el estilo de Jesús era un discurso con feedback, con un retorno, no que él hablara solamente sino que lo que hablara estimule también a preguntar.
Para vivir momentos así, es necesario que sea todo un día. Olvidamos porque la iglesia de hechos se reunía los domingos, ritualizamos las reuniones a unas pocas horas, cuando debiera ser la mayor cantidad de tiempo posible, corporativamente hablando. Individualmente lo hacemos todos los días de la semana.
1Co 5:3 nos “plantea” una pista: Yo, por mi parte, aunque no estoy físicamente entre ustedes, sí estoy presente en espíritu... Volver a esta realidad, que fue nuestra en la época de Hechos, donde la enseñanza del Espíritu cuando es dada habla por sí misma aún cuando ya no esté presente el que la habló por primera vez, hasta su siguiente venida. La revelación de Dios no es de propiedad intelectual de la persona que lo dijo, sino que los copyright pertenecen al Espíritu y no al mensajero. Cuando el mensajero monopoliza el mensaje, le da la sensación al público que sólo puede ser a través de él y que tienes que llamarlo exclusivamente para que sea sólo con él. Cómo dije es la sensación en la que muchos se quedan cautivados. Pero la verdad es que el que tiene el espíritu despierto, puede tomar esa revelación y la puede hacer fructificar y multiplicar dentro suyo. Eso si, no reuniéndose exclusivamente para alcanzar metas denominacionales de culto, sino mirando más allá, para interactuar con el Cristo que llevamos dentro entre todos nosotros, que nos lleva a crecer en la renovación del Hombre Interior.
Tampoco es asistir a una conferencia, cumbre o evento, donde se dicen grandes y profundas cosas, y los oyentes no fructifican y ni multiplican lo dicho,a tal punto que pasa un año y nadie recuerda lo que se dijo al año anterior cuando el mismo exponente vino. Las cumbres o eventos así sin para generar crecimiento desde el espíritu y es menester de cada uno de nosotros el generar la suficiente presión hacia nuestros guías espirituales, para que nos digan qué hacer con lo que se dijo en la conferencia y que a través de un esfuerzo conjunto lograr que eso perdure en el tiempo, logrando cierta experiencia que nos habilite a expresar esa misma verdad a los que van llegando al reino.
No busquemos el glamour de la conferencia, ni la ropa bonita a estrenar, sino el crecimiento en nuestro espíritu por el Espíritu de Dios, las fechas límites para lograrlo están dichas por el tiempo que transcurra hasta la siguiente conferencia, no lo dispongo yo, no tampoco tú, sino el tiempo que demore en venir el conferencista la siguiente vez.
¿Alguien a visto Harry Potter?, bien el asistía a una escuela de magia llamada Hogwarts, donde si toman atención el conocimiento de magia lo convierten en experiencia, no es sólo saber magia, sino como usarlo y que esto sea evidente para todos y efectivo, y parece ser que en la vida real, así son los brujos de aplicados en sus magias.
¿Y nosotros qué?, No usamos hechizos, ni conjuros, sino la palabra. ¿Somos evidentes y efectivos en lo que sabemos de ella?, Yo creo que las escuelas de formación espiritual tienen que sustancialmente cambiar, no es sólo decir lo que Dios dice o dijo en su palabra, sino hacerlo efectivo y evidente a cada uno de los congregantes, la escuela no debe terminar porque tenga una fecha límite, sino que termina cuando empezamos a fluir en lo que se nos enseñó, sino no tiene caso, mirar a alguien leer de un papelito horas de horas y nunca ver el poder de Dios en esa persona, yo ya me cansé de eso y creo que tú también.
Pasa también que se convoca a una escuela, y la gente no va, ¿Por qué?, porque no hay espectativa, no hay manifestación del Espíritu y de poder. Por eso que las tinieblas nos superan en muchas áreas, no por poder, sino que el poder limitado que ellos tienen lo tienen más desarrollado que el de nosotros. Nosotros tenemos más poder que ellos, pero por qué no es evidente, porque no lo desarrollamos en toda su magnitud.
El Espíritu Santo, insufla vocación a nuestro espíritu, para desarrollarse hasta llegar a la unidad de la fe y su conocimiento del varón perfecto, según a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo, que hay en nosotros.
Si logramos entender este punto nomás, podremos hacer cosas interesantes en nuestra generación.

#laMentedeCristo

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martes, 16 de abril de 2019

LA VIDA ETERNA Y EL HOMBRE INTERIOR


Jn 17: 3  Y esta es la “vida eterna”: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a JesúsCristo, a quien has enviado.

Vida Eterna es “conocer”, y en este sentido significa “saber por experiencia” al único Dios, y la misión y sus experiencias de “JesúsCristo, el enviado”.
Conocer en este caso tiene que ver con la vivencia que primero sucede desde el espíritu, y es dada a entender, después, al resto de nuestro ser; corazón, alma; mente y cuerpo.
Todo esto es posible por el Nuevo Nacimiento y su mente.
Conocer es la trasferencia de la vivencia que en el espíritu tiene lugar, y es publicada a nuestra alma y cuerpo, por la mente de Cristo. Divulgando en nosotros mismos el restablecimiento de las comunicaciones entre su Espíritu y mi espíritu, mi alma y mi cuerpo. Fuimos creados espíritu (Gn 1: 26-27) y nuestro espíritu al acercarse a nuestro cuerpo, formado (Gn 2: 7), lo intercepta dando origen al alma, al ser viviente.
El ser viviente original, contiene la plenitud de la madurez que genera armonía entre el espíritu y el cuerpo. La caída rompió el balance entre ellos, generando una descompensación, inclinando al alma hacia lo creado, por la falta del vínculo que del espíritu fue roto por causa del pecado.
El Nuevo Nacimiento es el regreso a ese vínculo inicial, a través de una naturaleza, y su Evangelio del Reino, el Heraldo que anuncia el retorno a casa, es decir, a esta realidad.
Esta vida eterna solo puede ser apreciada en toda su magnitud desde el “Nuevo Hombre” (NH), creado según Dios (Ef 4: 24). El NH es el espíritu del hombre que ha Nacido de Nuevo. Este tiene la facultad de “conocer a Dios”, el alma del hombre no entiende esto, porque este conocer es espiritual. Entonces nace una contienda entre el espíritu y el alma para que ésta entienda el Nuevo Nacimiento. El corazón es la puerta entre estos dos, entre el espíritu del hombre y su alma. Y para que exista una correcta difusión de esta verdad se requiere emociones sanas. Y las únicas que conozco son las emociones de JesúsCristo. En ellas tengo fe que el balance es por madurez y no me llevará a hacer locuras por causa de ellas.
Ya no vivo yo, sino vive Cristo en mí (Ga 2: 20), no es sólo conocer misterios y buenos momentos en el espíritu, sino reconocer las experiencias que Cristo vivió en la carne y tener acceso a su plenitud, y que también las puedo vivir yo desde la fe, es decir, la sustancia del Hijo de Dios. Emociones fuertes y saludables, para amarme correctamente a mí mismo y a los demás. Es indagar en los sentimientos y emociones del Cristo, que cuando le tocó habitar entre nosotros: reía, lloraba, se enojaba, se cansaba, tenía sed, etc. Y todo lo sintió y vivió sin perjudicar su misión.
Sentir intensamente no es un delito, porque Dios amó al mundo, al cosmos, que dió a su Hijo, y la correcta forma de amar, es el amor que nace del fruto del Espíritu del Padre. Y para saberlo se necesita Vida Eterna, la Vida Eterna nos plantea una inmersión total en todos los asuntos que compete a nuestra existencia. Por eso que el bautismo es un acontecimiento público único, pero en el espíritu es un hecho eterno que nos sumerge en su realidad, Cristo.
El Hombre Interior, es decir, el Nuevo Hombre, es el administrador de la correcta difusión de lo que en el espíritu se conoce por el Espíritu de Dios. Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios (1Co 2:10). Esta revelación y misterio se hace efectiva en aquellos que han alcanzado madurez (1Co 2:6), tener emociones sanas y fuertes es también un estado de la madurez, que muy pocos exploran hoy.
El Hombre Interior (NH) es maduro en su espíritu y también en sus emociones, JesúsCristo vivió así y creo que nosotros también debemos vivir así, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, es decir maduro, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo, de la cual podemos tomar todos (Ef 4:13, Jn 1: 16 ). Su plenitud es estar lleno de su abundancia y cumplimiento. Es estar abarrotado con su propósito, recursos, logística, gestión y gerencia de su herencia, de la cual somos todos coherederos.
De su plenitud tomamos todos, y es necesario hacerla efectiva en nuestra existencia y descubrirla una de las primeras misiones de nuestro Hombre Interior (NH).
Cristo nos reviste del Hombre Nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno (Col 3: 10). Es decir, teniendo cada vez más una mayor participación de lo que se conoce, esa nueva naturaleza que es inyectada en nuestro ser.
La Vida Eterna nos acerca a este conocimiento y es trabajo del Hombre Interior y de su mente echar mano de ella.

jueves, 11 de abril de 2019

EL MATRIMONIO Y LA FAMILIA DISEÑO DE DIOS


El matrimonio y la familia no es sólo un diseño social, desde el Génesis ya era el diseño primordial del Reino de Dios.

El que a Nacido de Nuevo es poseedor de una naturaleza distinta, la divina (2Pe 1:4). Esta naturaleza tiene una maestría innata que educa y da forma al colaborador eficaz que llevamos dentro.

Un ejemplo las aves: como construyen nidos y algunos tan sofisticados, solo lo hacen cuando ya es el momento y van armando lo que será la morada que albergará vida por un tiempo, hasta que sus pichones crezcan y dejen su nido, y se vuelve a repetir el ciclo.

Así mismo nosotros somos moradas (tabernáculos móviles) que ahora albergamos vida por un tiempo, la de Él. Esta vida nutre y acompaña lo que verdaderamente somos, no teniendo ideas solitarias sino proyectos familiares con Él (Ef 2:19). El Reino de Dios es uno de ellos, es un proyecto familiar, que nuestro ser colabora eficazmente participando como un miembro de la familia de Dios.

El matrimonio es el inicio del Reino, es la pieza básica donde empezó todo para la humanidad, esa pieza básica también se llama ADAM, varón y varona (Gn 5:2). El matrimonio es el diseño ADAM, hechos para reproducir la imagen y semejanza del creador, tal y cual como nos lo dieron en el principio.

Con el Nuevo Nacimiento se nos devuelve a nuestro espíritu este primer diseño, que hoy empezamos a descubrir.
Por eso que defendemos el matrimonio y la familia, aunque hay mucha humanidad que aún no conoce esta verdad, la idea básica que el matrimonio pregona es: entre un hombre y una mujer que haya el día de hoy se mantiene vigente en sus corazones, como la esperanza postrera que clama una restitución que nos establecerá nuevamente en el lugar que nos fue quitado.

El Nacido de Dios es protector de esta verdad, que la sociedad de hoy no se cansa de corromper, nuestra insistencia es vital y una actitud tenaz nuestra mejor arma para no dejarnos llevar por las nuevas corrientes del mundo.

viernes, 5 de abril de 2019

EL REINO Y SU EVANGELIO


Todos tenemos un principio, y este es JesúsCristo. Solo un Nacido de Nuevo puede reconocerlo.

Cuando el Reino toca la creación, la realidad se altera, a esto se le denomina “milagro”. El Hijo de Dios es un itinerante del Reino, que lleva su manifestación, la del Reino, a donde quiera que vaya. No es común ver esto en el creyente promedio, por eso que la aspiración de esta generación es que tal manifestación se vuelva viral en cada Hijo, comenzando con uno mismo.

Jesús expresó esto cuando se hizo carne y habitó entre nosotros, la gente vió el milagro pero no pudo ver el Reino (Lc 17:21), porque había otro espíritu en la gente (Num 14).

El alma del hombre no puede ver el Reino de Dios, porque el Reino es espiritual, por consiguiente Jesús al hacerse carne lo hizo visible, pero por el espíritu de la gente de aquel tiempo no lo pudo ver.

El alma no entiende esto y se genera cierta fricción entre su razón y su emoción que le obliga a hacer “algo”, y ese algo es el “deseo humano privado de la voluntad de Dios”.
El alma intenta conocer a Dios desde su razón y su emoción, y le llama a esto “culto”. La religión usa el culto para jactarse de grandes cosas y presume, con esto, que conoce a Dios. Esta forma de vida discapacita al hombre, haciéndolo torpe al llamado de Dios.

El Evangelio del Reino tiene su “culto racional” (Ro 12:1), ese es nuestro culto que debemos fructificar y multiplicar.
El Evangelio del Reino plantea al Hijo de Dios el desafío de continuar a través de nuestra existencia, que el Reino de Dios se mantenga visible a la siguiente generación (Col 1:13).

El Reino de Dios tiene una expansión y esta expansión se lleva a cabo en la Tierra, como lo fue en el inicio desde el huerto, que ADAM enseñoree y sojuzgue, y ahora el postrer ADAM continúa esa labor.

Cuando Jesús se hizo carne planteó el reto que cada Hijo de Dios después de Él, debe superar, que el Reino sea tangible a toda criatura. El Evangelio del Reino anuncia salvación, cambio de naturaleza y también un cambio de jurisdicción con un territorio.

El evangelismo es la acción de los Hijos, que produce el punto de partida de la transformación de toda criatura y en todos los niveles de la creación como lo fue en el principio, para establecer un nuevo dominio. En el Evangelio del Reino hay la potestad para separar lo Santo de lo profano, descubrirlo es la clave del entendimiento del ministerio de la reconciliación, Dios nos reconcilió consigo mismo por Cristo y Dios estaba en Cristo reconciliando consigo mismo al mundo. La reconciliación solo sucede entre personas que tenían lazos de amistad y que por alguna razón se rompieron. Así mismo, solo lo que fue conocido por Él es reconciliable en Él y el Evangelio del Reino nos da la posibilidad para diferenciar lo reconciliable de lo que no lo es, evitando así las mezclas. No se puede evitar que el trigo y la cizaña crezcan juntos, pero la parábola nos dice que si se podía ver claramente quién era trigo y quién era cizaña, y ese es el entendimiento de este tiempo, saber quién es quién, y darles el Evangelio del Reino a los del trigo, aunque haya cizaña en el mismo campo.

Así que el Reino tiene su Evangelio y un culto (Racional), que se convierten en promotores, en mi opinión, que es el objetivo magno, de establecer los usos y costumbres del cielo expresada como una cultura global.

jueves, 4 de abril de 2019

NUEVO NACIMIENTO Y SU MENTE


Todos tenemos un principio, y este es el Mesías. Solo un Nacido de Nuevo puede reconocerlo. En el principio era Él (Jn 1:1), y ahora en Él nuestra vida fue hallada.

Cuando Nacemos de Nuevo, se descubre que nosotros estábamos escondidos en Él (Col 3:3-4), y la mente que se necesita para entenderlo, la Mente del Mesías.

Solo un Nacido de Nuevo la tiene y descubrirla es el primer desafío que el Hombre Nuevo está comprometido a superar.

Para el alma y su mente, entenderlo, es toda una hazaña que no está dispuesto a sortear.

El alma no entiende que ya enviudó, el Nuevo Nacimiento es la evidencia, de que su primer marido, el hombre viejo fue crucificado junto con Yahshua y murió (Ro 6:6). Y que ahora está libre para casarse con el que resucitó, el Hombre Nuevo creado según Dios (Ef 4:24).

La Mente del Mesías te enseña a descubrir lo que D-os, en el Nuevo Nacimiento, ya instaló dentro de ti, por su Espíritu.

La Mente del Mesías es como un arqueólogo, porque descubre cuidadosamente entre estratos y sedimentos lo que hay enterrado en la tierra. Esa tierra es polvo y ese polvo somos nosotros, la Mente del Mesías devela “al polvo”, a un “Hombre Nuevo y sus virtudes”. Y te anuncia que ahora Él está a cargo, el Nacido de D-os tiene acceso a este entendimiento, pero hay que acostumbrarse a esta realidad, para operar de una manera efectiva en el Reino de D-os.

lunes, 1 de abril de 2019

FE


«Aun cuando la adversidad se esmere en cubrir mis ojos; en el espíritu, por la fe puedo ver»

Si bien es cierto que por la Fe Noé fue advertido de cosas que aún no se veían, He 11:7, la forma en que se comunicó esa advertencia, fue poco ortodoxa (fue especial). Fue Dios mismo que le habló a Abel, Enoc y Abraham. Esto nos sugiere que la voz de Dios estrena el arquetipo sublime de comunicación, entre Él y el hombre, por su espíritu, Ro 8:14. Y la Fe es el promotor para que lo que se comunica pase de lo invisible hacia lo tangible, He 11:3.

La Fe pone en marcha, lo que con su voz, el Padre comunica.

La clave es reconocer su voz, en medio de muchas voces. Y el talento que se necesita para lograrlo, se haya en su naturaleza.

Si alguien a visto documentales de pingüinos, las crías quedan en tierra y los padres van al mar por comida, y cuando regresan van en fila hacia el lugar donde dejaron a sus crías, pero el criadero es de una población de casi 500 mil pingüinos, ¿cómo hacen para localizar a sus crías?, Lo hacen por el sonido, por el sonido identifican a las crías y éstos a sus padres.

Así mismo el Hijo de Dios, tiene que aprender a descubrir el “instinto de Dios y su sonido” que hace un eco interminable, que llama aa nuestr ser a vivir en paternidad con Él, este nace de la participación con su naturaleza divina, 2Pe 1:4.

Lo que el hombre por naturaleza es, tarde o temprano lo gobierna. El hombre moderno está acostumbrado a domesticar su naturaleza, que lo a llevado muchas veces a ser algo que verdaderamente no lo es. Por eso que tal camuflaje en el Reino “no funciona”, porque el pasaporte para ver y entrar en el, define que no es por apariencia sino “por sustancia”. Porque el Reino es también Él, haber visto a Jesús y haber entrado en Cristo, Jn 3:3,5. Ver y entrar es JesúsCristo, JesúsCristo es el entendimiento revelado de su Reino. JesúsCristo es el Reino, JesúsCristo es Naturaleza Divina, JesúsCristo es también Fe, porque Fe es la certeza y certeza en el original significa sustancia, y JesúsCristo es la misma imagen de su sustancia de Dios, He 1:3, esa sustancia que por el nuevo nacimiento la compartimos con Él, hoy.