Familia ADR

«La Mente de Cristo te permite planificar la reforma que tú generación demanda para calzar en la potestad de Dios(Hch 26:18)»

sábado, 20 de abril de 2019

EL HOMBRE INTERIOR Y SU VOCACIÓN



“Todos tenemos un principio, y este es JesúsCristo. Solo un Nacido de Nuevo puede reconocerlo”

Génesis nos “recuerda” quiénes somos, de dónde venimos y hacia dónde vamos. Tal vez, por el mal comportamiento de algunos de nuestros representantes se ha llenado de suspicacias, esta verdad. Pero eso está cambiando.
Génesis recuerda al espíritu del hombre, su identidad. Esto se hace posible por el Nuevo Nacimiento y su Mente, la de Cristo.
No es muy común relacionar el Evangelio con las crisis existenciales de las personas en general. Sin embargo, el Evangelio pregona salvación (Ro 1:16), cambio de naturaleza (2Pe 1:4) y nos ha trasferido a otro dominio, con una nueva jurisdicción (Col 1:13).
Hoy en día mucho se ha enfocado en salvación, superficialmente en el cambio de naturaleza y casi nada en la trasferencia hacia un territorio. La enseñanza para esto tiene muy poco tiempo para ser dada, reuniones de domingo y de culto dentro de la semana, no alcanza para decirlo todo, algo se tiene que hacer.
Si bien es cierto, hoy somos millones en el mundo, con algún tipo de afiliación cristiana, podemos ver que no ha sido lo suficientemente para transformarlo.
Humanamente no es posible que estemos todos los días juntos para hablarlo, pero en el espíritu si.
Podemos reconstruir entre todos nosotros una “escuela global”. Donde todos por el Espíritu seamos enseñados, para educarnos en la cultura del cielo, la del Reino de Dios. Y reunirnos, claro, para expresar a Cristo revelado y plantear estrategias de ataque contra el sistema del mundo con lo que con anterioridad entre semana recibimos de su Espíritu. Y aprender de los veteranos, de sus experiencias, despertando en nosotros mayores ansias de profundizar en Dios. También dichas reuniones es la oportunidad de manifestar la magnitud de la imagen de Cristo que llevamos dentro a los demás. Existe todo un orden en el culto, con muy poco espacio para expresar al nuevo hombre que va creciendo en nosotros. Es decir, exteriorizamos mucho o poco, dependiendo de la persona, de nuestro espíritu durante la alabanza o la adoración, después decae rápidamente para escuchar la predicación, la participación en ese espacio de tiempo, para el Hombre Interior es limitada. Cuando Jesús predicaba, la gente le preguntaba y otras veces era confrontado con lo que decía, el estilo de Jesús era un discurso con feedback, con un retorno, no que él hablara solamente sino que lo que hablara estimule también a preguntar.
Para vivir momentos así, es necesario que sea todo un día. Olvidamos porque la iglesia de hechos se reunía los domingos, ritualizamos las reuniones a unas pocas horas, cuando debiera ser la mayor cantidad de tiempo posible, corporativamente hablando. Individualmente lo hacemos todos los días de la semana.
1Co 5:3 nos “plantea” una pista: Yo, por mi parte, aunque no estoy físicamente entre ustedes, sí estoy presente en espíritu... Volver a esta realidad, que fue nuestra en la época de Hechos, donde la enseñanza del Espíritu cuando es dada habla por sí misma aún cuando ya no esté presente el que la habló por primera vez, hasta su siguiente venida. La revelación de Dios no es de propiedad intelectual de la persona que lo dijo, sino que los copyright pertenecen al Espíritu y no al mensajero. Cuando el mensajero monopoliza el mensaje, le da la sensación al público que sólo puede ser a través de él y que tienes que llamarlo exclusivamente para que sea sólo con él. Cómo dije es la sensación en la que muchos se quedan cautivados. Pero la verdad es que el que tiene el espíritu despierto, puede tomar esa revelación y la puede hacer fructificar y multiplicar dentro suyo. Eso si, no reuniéndose exclusivamente para alcanzar metas denominacionales de culto, sino mirando más allá, para interactuar con el Cristo que llevamos dentro entre todos nosotros, que nos lleva a crecer en la renovación del Hombre Interior.
Tampoco es asistir a una conferencia, cumbre o evento, donde se dicen grandes y profundas cosas, y los oyentes no fructifican y ni multiplican lo dicho,a tal punto que pasa un año y nadie recuerda lo que se dijo al año anterior cuando el mismo exponente vino. Las cumbres o eventos así sin para generar crecimiento desde el espíritu y es menester de cada uno de nosotros el generar la suficiente presión hacia nuestros guías espirituales, para que nos digan qué hacer con lo que se dijo en la conferencia y que a través de un esfuerzo conjunto lograr que eso perdure en el tiempo, logrando cierta experiencia que nos habilite a expresar esa misma verdad a los que van llegando al reino.
No busquemos el glamour de la conferencia, ni la ropa bonita a estrenar, sino el crecimiento en nuestro espíritu por el Espíritu de Dios, las fechas límites para lograrlo están dichas por el tiempo que transcurra hasta la siguiente conferencia, no lo dispongo yo, no tampoco tú, sino el tiempo que demore en venir el conferencista la siguiente vez.
¿Alguien a visto Harry Potter?, bien el asistía a una escuela de magia llamada Hogwarts, donde si toman atención el conocimiento de magia lo convierten en experiencia, no es sólo saber magia, sino como usarlo y que esto sea evidente para todos y efectivo, y parece ser que en la vida real, así son los brujos de aplicados en sus magias.
¿Y nosotros qué?, No usamos hechizos, ni conjuros, sino la palabra. ¿Somos evidentes y efectivos en lo que sabemos de ella?, Yo creo que las escuelas de formación espiritual tienen que sustancialmente cambiar, no es sólo decir lo que Dios dice o dijo en su palabra, sino hacerlo efectivo y evidente a cada uno de los congregantes, la escuela no debe terminar porque tenga una fecha límite, sino que termina cuando empezamos a fluir en lo que se nos enseñó, sino no tiene caso, mirar a alguien leer de un papelito horas de horas y nunca ver el poder de Dios en esa persona, yo ya me cansé de eso y creo que tú también.
Pasa también que se convoca a una escuela, y la gente no va, ¿Por qué?, porque no hay espectativa, no hay manifestación del Espíritu y de poder. Por eso que las tinieblas nos superan en muchas áreas, no por poder, sino que el poder limitado que ellos tienen lo tienen más desarrollado que el de nosotros. Nosotros tenemos más poder que ellos, pero por qué no es evidente, porque no lo desarrollamos en toda su magnitud.
El Espíritu Santo, insufla vocación a nuestro espíritu, para desarrollarse hasta llegar a la unidad de la fe y su conocimiento del varón perfecto, según a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo, que hay en nosotros.
Si logramos entender este punto nomás, podremos hacer cosas interesantes en nuestra generación.

#laMentedeCristo

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