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sábado, 24 de diciembre de 2016

EL RENACER GENÉTICO – I parte por: Milagros Sánchez

Una diversidad basada desde el primate es orquestada por una
mente que no conoce a D-os. ADAM, toda la humanidad comenzó
con UNO.
Por: Milagros Sánchez

El paper “The out of Africa hypothesis, human genetic diversity and comparative economic development”[1]introduce y concluye la idea de que el éxodo de la especie “Homo Sapiens”, conocida como el hombre actual, fuera de África, implicó la idea de la diversidad genética (expected heterozygosity) en todos los países del planeta Tierra y, en consecuencia, derivó en un efecto sobre el desarrollo económico positivo o negativo, dependiendo específicamente de su distancia migratoria del este de África, de los países de todos los continentes.

Concuerdo con la importancia de la diversidad genética en el desarrollo de las naciones, pero mi análisis es más avezado, no asumiré que el éxodo se dio del este de África, sino específicamente del territorio hebreo, es decir, de la población judía. [Oded Galor (autor del paper en mención), si lees esto, deberías escudriñar tus raíces hebreas]. Fuera de los parámetros históricos que nos enseñaron en las escuelas primarias que el hombre proviene de una especie más cercana al primate, me atrevo a relajar el contexto histórico paleolítico y neolítico en este proposal, y esbozar la conocida diáspora judía como un determinante importante para la diversidad genética en las naciones y, claro está, en el desarrollo financiero y económico de ellas.

La historia del judaísmo tiene su origen en Canáan, según la Biblia o Torá, donde Dios o Yaweh hizo un pacto con Abraham, el Padre de las Naciones, y le entregó la conocida “Tierra prometida”[2], comprendida desde el río de Egipto hasta el Éufrates. En términos actuales, esta zona abarcaría lo comprendido por los territorios del estado de Israel, después de la disposición de la ONU, la Franja de Gaza, Cisjordania, la zona occidental de Jordania y buena parte de Siria y Líbano. Fue a partir del año 70 D.C. que Israel entró en guerra y muchos judíos tuvieron que salir de sus territorios. De esta manera, según lo leído y estudiado en las escrituras, se dio una bipartición de dos reinos: los del norte y los del sur.

Los del norte, más conocidos como Israel o descendientes de Efraín, fueron absorbidos por las naciones gentiles; es decir, personas como usted o yo (cuya genealogía carece de influencia sanguínea directa judía). Conocidos también como “el hijo pródigo” o los “no mi pueblo”. Por su parte, los del sur, más conocidos como descendientes de las tribus de Benjamín y Judá, fueron los que soportaron el cautiverio en Babilonia en el 597 A.C. Estos fueron precisamente los que regresaron a la nación de Israel después de la segunda guerra mundial, en 1948. Entonces, Judá regresa a su tierra, pero Efraín no; puesto que se dispersó a lo largo del mundo en lo que se conoce ahora como el cristianismo romano. Para bien o para mal, Efraín se mezcló con las naciones gentiles y coló un ADN “divino” en todo lo que tocó. Esto quiere decir que hay más judíos de los que pensamos alrededor del mundo; así, usted podría ser un “efraimita camuflado”.

Ashraf y Galor basaron su estudio de análisis entre los años 1500 y
2000 D.C, siguiendo la metodología del World Migration Matrix
Ashraf y Galor basaron su estudio de análisis entre los años 1500 y 2000 D.C. , siguiendo la metodología del World Migration Matrix, estudiado por Putterman y Weil de la Brown University Department of Economics. El año 1500 es un período clave de analizar porque representa la consecuencia de la colonización de las regiones americanas por los europeos, porque tal como lo recalcan ellos: la manera en la que los europeos colonizaron o hablaron o impusieron un sistema legal, influenciaron e inyectaron una diferencia en los niveles de ingresos sobre todo de los años 90’s.

De esta manera, el contra factual se sublimiza al mencionar que el movimiento de personas de otras partes del mundo podría haber afectado el desarrollo económico. Un hecho curioso y ahora verificable es que el descubridor de América, Cristóbal Colón, fue judío; y es casi indefectible el hecho de que dentro de sus embarcaciones hubo judíos.

Volviendo al paper, los autores partieron del estudio inicialmente de una muestra limitada de 21 países, expandida por 53 grupos étnicos cuyas distribuciones espaciales abarcaron 5 lugares específicos: El Cairo (Egipto), Estambul (Turquía), Phnom Penh (Cambodia), Anadyr (Rusia) y Prince Rupert (Canadá). Los autores examinaron la relación entre la diversidad genética y el ingreso per cápita en el año 2000 D.C. y las densidades poblaciones en tres puntos: 1 D.C, 1000 D. C y 1500 D.C. De esta manera, computaron una variable exógena para estimar el efecto causal de la diversidad genética basada en las rutas hipotéticas de migración desde el este de África hacia otros países. Luego, los autores incluyeron una muestra adicional de 124 países para medir dicho índice. Así, ellos encontraron una relación “hump shaped” (joroba)entre la diversidad genética y la densidad poblacional en los tres períodos históricos nombrados anteriormente.

Grosso modo, los autores llegaron a la conclusión de que la colonización europea jugó un rol importante en el desarrollo económico alterando la diversidad genética y composición del capital humano en los países colonizados. Tal como se explicó líneas arriba, esta colonización estuvo subyugada principalmente por judíos, y su expansión denota la proliferación de este ADN en la actualidad. A inicios del 2015, según el Jewish Data Bank, la población mundial judía estuvo estimada en más de 14 millones, lo que significó un incremento sustancial desde 1945, cuando la población judía a nivel mundial apenas rozaba los 11 millones… Esta historia continuará…


[1] Autores: Quamrul Ashraf y Oded Galor



[2]  Véase Génesis 15:18.

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