Familia ADR

«La Mente de Cristo te permite planificar la reforma que tú generación demanda para calzar en la potestad de Dios(Hch 26:18)»

miércoles, 27 de marzo de 2019

GERENTE DE DIOS


“No hay peor ciego que el que ya vio la realidad y decide volver a cerrar los ojos”

El 45% de egresados técnicos y universitarios no es feliz con la carrera que estudió (fuente link a continuación,  https://gestion.pe/economia/management-empleo/45-egresados-tecnicos-universitarios-feliz-carrera-estudio-262087)
Si a eso le sumamos de los que inician estudios universitarios el 40% no lo termina, el porcentaje de descontento general, es enorme.
Creo yo, que esta misma estadística se pasea dentro de las filas cristianas, personas que no se quieren involucrar con la causa de Cristo, porque ni por su propia causa pueden hacer algo.
Y son los jóvenes los más afectados, que cuando llegan a una congregación, no buscan “hacer algo”, sino que surja un “algo” que de alguna manera produzca en ellos, realización. Al no encontrarlo, se van. Los jóvenes están cargados de cierta presión social, que los obliga a permanecer en un estado de alerta que los lleva al límite de sus emociones e ideas de cómo tiene que ser la vida, después del colegio. Y los que no aguantan, colapsan sobre sí mismos; no son ayuda para nadie, y ni se dejan ayudar por nadie.
Las congregaciones cristianas tienen que escoger que entre lo urgente, qué es importante hacer primero.
Porque un joven con un destino claro en la vida, es alguien que sabe lo que quiere estudiar y será un elemento productivo alegre, ya que trabaja en lo que le gusta.
Personas así tienen una mente con una mejor actitud para llevar a cabo la agenda de Dios. No todo lo va hacer Dios, porque los hijos de Dios son los encargados de llevarlo a cabo. Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios, Ro 8:19.
La creación espera la manifestación de los Hijos de Dios, existe cosas que Dios ya no va hacer, y pareciera ser que la creación sabe que cosas son, preguntémosle.
Tenemos que pasar del liderazgo casual y sin profesión hacia el sistema de gestión de gerencia con un grado de maestría en el Espíritu.
Las jefaturas de poder no pueden ya seguir siendo ocupadas por líderes, porque los líderes tienen seguidores y éstos no piensan. Para muestra miren las congregaciones cristianas, gente que se reúne a la espera que el líder hable, gente con cero iniciativa y llenos con la creencia que la única solución puede venir del líder. Eso es una pirámide. Líderes así luchan por su supervivencia, que cuando alguien aparece con una idea mejor que él y un ánimo mayor que el suyo, en lugar de apoyarlo, por temor lo tratará de anular o sabotear. ¿No lo han notado?, también pasa dentro de nuestras filas.
En cambio el gerente con un grado de maestría en el Espíritu, no busca seguidores, sino que se rodea con gente que piensa y que tienen iniciativa. Que cuando alguien tiene una idea mejor que la suya, lo secunda y no lo anula. Lo coloca a dirigir para que lleve a cabo su idea, lo apoya y le da los recursos para lograrlo, y este gerente cumple una función que monitorea al aspirante para que llegue a buen término su propuesta. El gerente del Reino inyecta pasión en sus filas y aviva cada vez que tiene la oportunidad el fuego creativo que Dios a puesto en cada uno de sus subordinados.
Un gerente con un grado de maestría en el Espíritu, es alguien que no solo tiene corazón, sino que también cerebro. No busca solo su realización, sino que su realización está sumergida en la realización de los demás. No dirige para destacar, sino que guía para que los nuevos valores despunten entre sus filas, gente destacada y con pasión que generen innovación. Un gerente que tiene un matrimonio sano entre el conocimiento profundo y la vida del Espíritu. Y lo digo de esta forma para que se note la marcada diferencia que existe entre un líder y un gerente de Dios.
Y concluyo diciendo que no necesitamos muchos Ayos (líderes), sino más Padres (gerentes), 1Co 4:15.


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